miércoles, 7 de marzo de 2012

Un vistazo

Estoy cansada de auriculares y teclados, veámonos hoy. Hazme caso cuando te digo que siquiera crucemos miradas para un saludo, para una despedida. Cree fingidamente que no pasará como en otras noches, de esas en que a penas nos vemos en la pupila del otro, queremos correr a pernoctar en sus brazos; descuida, que no ansiaremos escuchar los sueños que el corazón cuenta al oído, aunque tenga novedades de respaldo; en verdad te digo que será contenible el afán de otra noche en placentera vela; prometo sin compromiso que mis manos no transpirarán deseo al saludar tu rostro...
No pido más tiempo, me basta con mirarte a los ojos y sonreirte de frente; seguro que no terminaremos postrados satisfechos en tendido lecho...no son más que miradas. No debes pensar en cuerpos sin tregua, nada pasará, ya te lo he dicho. Atrévete a creer durante los c u a r e n t a y c i n c o minutos que nos distan, en que reinará la indiferencia... anda, veámonos hoy, un momento, el instante mismo en que el universo implote... ¿a qué hora llegas?