jueves, 30 de abril de 2009

Solitarios

"Voy a irte a buscar allí, al pedazo de noche en que tropezaron de pronto tus ojos, mis ojos, tan llenos de igual soledad"
Augusto Blanca

Las plastas de lodo pegadas a sus plantas lo hacen resbalar constantemente, hace tiempo que camina sin conciencia, tropieza con las piedras del camino y las zarzas de la vereda se le van prendiendo al cuerpo, sujetándolo lo más que pueden, como si no quisieran que siga avanzando, pero por más que clavan sus espinas en la piel y en la ropa él sigue avanzando, indiferente, absorto en sus pensamientos. Me hubiera gustado traerla. Él conoce la montaña perfectamente, aquí es donde su infancia se le fue trepando árboles, corriendo, robando la verdura de las parcelas, buscando frutos y hongos silvestres, cazando ardillas y pájaros y de vez en cuando un teporingo. Sí, a ella le hubiera gustado ver estos árboles tan grandes, no hay ninguno así en la ciudad, o le encantaría el canto histérico de las aves que se sienten llenas de vida y que necesitan presumirselo al mundo, o el dulce arrorró del grillo que invita a retozar entre los pastizales. Sí, le hubiera gustado esta verde embriaguez.
Nadie en su familia sabe qué hacía ahí en sus ratos de ocio, siempre escapaba al monte una vez que acababa los deberes y se estaba ahí hasta mucho después de la puesta del sol, hasta que la luna iluminaba lo suficiente el camino para regresar. Las noches sin luna, él simplemente no regresaba, se quedaba solo en el monte y se le veía al alba, cuando los gallos gritaban como queriendo correr la oscuridad del pueblo. Su silencio, eso es lo que me gustaba, el dulce discurso del silencio. Me abría su alma a través de una mirada, un puente místico que cruza los mares torvos del ruido, ese mar que me asfixiaba era traspasado con una sola mirada, una mirada que se abría y dejaba asomar un bosque en primavera. Entonces sabía lo que ella me decía y ella sabía lo que yo deseaba. No necesitábamos usar las palabras, el estorbo del nombre que sólo limita lo nombrado, por eso éramos más libres, porque nunca fuimos nombres, sólo tú y yo. Para mí es sólo ella y nada más.
El andar es cada vez más cansado, se tiene que detener de trecho en trecho a respirar un poco y recordar el camino (hace tanto que no viene por aquí). Un camino ancho que rodea la montaña lleva a un gran páramo rodeado de grandes ocotes, pero es demasiado largo, una vereda asciende trepando la roca, a la vera del agua, abovedada por los pinos y la humedad, más cansada y rápida. La gente de los pueblos cercanos sube de vez en cuando a revisar su ganado al que deja vagar libremente por la montaña, sin más protección que una pequeña cruz de hierro incrustrada en la roca. Sí, ya recuerdo, el camino es por aquí, es defícil de encontrar un camino por donde nadie transita. Siempre traté de marcar mi propio camino, pero cuando ella me encontró fue difícil no seguirla, sus ojos se anclaron en los míos, sus ojos fueron en adelante mis ojos, mis pasos eran sus pasos. Píes sin rumbo, mirada perdida, sensación de estar en un leve sueño, como flotando sobre el concreto que dejó de serlo y ahora es una nube que nos sostiene y nosotros sólo somos dos hojas solitarias separadas por el viento, sólo andamos por la certeza de que hemos de volver a encontrarnos, por el juego de los encuentros y los besos.
En realidad nadie lo conoce, ni sus propios padres, nunca llevó un amigo a casa, ni tuvo problemas en la escuela, parecía que siempre estaba solo y nunca fue una persona social, se alejaba de sus compañeros, no por miedo u odio, sino por un instinto que lo obligaba a retirarse. Era siempre amable y cortés, pero no hacía amigos, siempre pasaba desapercibido y a los que se interesaban por él nunca les contaba más de lo necesario. Como dos fantasmas, siempre éramos dos sombras jugando a encontrarse, tu piel de sombra que me devuelve las caricias, nuestras sombras siempre se buscaron, se entrelazaron en el suelo y en la cama, esa cama siempre disponible, la cama del sueño de otoño, de los abrazos eternos, el refugio del sol que nos hería con sus flechas de luz. Siempre fuimos dos sombras besándose en los rincones de tu habitación. Después de su ingreso a la universidad dejó de ir a la montaña, parece que cambió sus excursiones infantiles por sus grandes exploraciones de los libros, los viajes imaginarios que lo ausentaban aún más, cuando estaba en casa sólo leía y sus retardos eran automáticamente atribuidos a ellos.
Sola, tú también estabas sola, vacía de recuerdos y nostalgias, volabas por las calles sin lastres, sin miedos, volabas de tu casa vacía hasta mis brazos abiertos, volabas, dormías, saltabas entre las sábanas y te fundías conmigo en un abrazo. Hace tiempo que no huye a la montaña, su familia posiblemente pensó que no lo hacía por falta de tiempo, por las nuevas responsabilidades que trae la vida universitaria, varias veces se había quedado en el campus, tal vez con un amigo. Sed nocturna, sed de labios, ansias de respirar tu pelo y evaporarme en su perfume, el vuelo y sus cadencias nos unen en el cenit, nos unimos en el vacío, en la eterna caída y nos fundimos y ya no somos cuerpos inertes, somos etéreos, somos estrellas fugaces huyendo de la noche y nos detenemos a oler la explosión de las flores y escuchamos la lentitud de las nubes y sentimos la aspereza del aire y somos y ya.
Rumores en la escuela, en la ciudad, en el pueblo, rumores mortales, son el cruel viento después de la tormenta, el último soplo del huracán. Han encontrado a una estudiante apuñalada en su dormitorio. No es de aquí, no tiene amigos ni familia, nadie la conocía, nadie la recuerda, nadie sabía si tenía amigos o no, estaba siempre sola en su cuarto o vagaba por ahí, perdida entre la multitud. Hay quien la relaciona con un muchacho, a veces se les veía juntos, pero nadie les prestaba atención. Nada se sabía de ellos. Tus ojos de agua me torturaban, tu mirada lluvia que azotaba mis ventanas, vendaval del odio. No pude resistirlo. Yo también lloré y lloví, y el agua fue licor y el licor vómito e ira. Vomité tu nombre, mil veces tu nombre, hasta no quedarme nada en las entrañas, me desgarré la garganta tratando de quemarlo pero quedó ahí, atorado, como una piedra tapando la profundidad del pozo, tu nombre piedra, sabor acre que me irrita, que arde en la punta de la lengua, tu nombre sangre, tu nombre grito, tu nombre tabú, tu nombre plegaria a un dios indiferente. Las sombras se levantan y el día deja de serlo. Sus pasos son cada vez más lentos pero está cerca. Su lugar favorito de la infancia es ahora un páramo de asolado por los tala montes, violado, saqueado, quemado. Perdóname. La cruz de hierro, escondida entre el zacate, sigue en su lugar estoicamente, aún trata de cumplir su función aunque se le nota un poco doblada. Te nombré y fuiste mía, fue mi nombre el que te di, el nombre creado para ti desde mi alma, te nombré y dejaste de ser libre, ya no fuiste tú, ni fui más yo. En su cara permanecen las huellas de largos llantos, está sucio y abatido. Recuerda el momento pero es todo dolor. Amor de hombre, amor de odio, amor mortal que surge del éter, amor droga activa, amor opio, sueño de violencia con hambre de sangre entre las manos, amos. Amor, perdóname. Trae la misma palabra entre los dientes desde hace horas: perdóname. Una cuerda sujeta a la cruz, una cuerda tensa sin música y sin guitarra. Perdóname. Perdóname
DAGS

miércoles, 29 de abril de 2009

sangre y melodía


el sonido de las botellas de vino rotas es más áspero cuando rosan con la carne, no así las espinas de ron que hormiguean y conspiran armónicamente con el canto de las latas vacías, los poros de la piedra volcánica exhalan gemidos placenteros y le susurran a la hierba seca que acarice nuestra espalda, la tierra se calienta al aumentar el ritmo y enciende las colillas y las bachas que han sido abandonadas.

sólo esas chispas nos alumbran, parecen los ojos de los lobos jadeantes y agitados, listos para comer lo que quede de nosotros, las tarántulas no saben esperar, en tu cuello al lado opuesto de mi boca húmeda hay ocho patas subiendo en escala cromática, pulsando cada cuerda de sudor que baja, tejiéndonos una melodía alrededor del rostro, una tela que nos cubre del zezeo de los mosquitos.

el polvo de mi cabello forma una gran nube gris que no nos permite ver la luna y nos aísla de la estruendosa ciudad que está enfermando un par de metros más abajo, un grillo nos pregunta quiénes sómos y qué haremos al respecto pero se aleja con el destello de tus párpados que muerden.

esta noche no hay más que música y piel llagada.

lunes, 27 de abril de 2009

HuBiErA ... (no publicar)

Alguna vez te has arrepentido de haber hecho algo? yo no, nunca me he arrepentido de nada en mi vida, eso no significa que me haya portado bien en todo este tiempo, tú sabes que no, he hecho muchas cosas, tanto buenas como malas … más malas que buenas, he incluso tan malas que me sorprende aún el hecho de que haya sobrevivido, no es algo que me enorgullezca, al contrario, hay muchas cosas que me avergüenzan y prefiero no contar, pero aún así, no me arrepiento de haber hecho todo lo que hice, y sabes por qué? porque de no haberlo hecho, no sería quién soy y no estaría donde estoy, y sabes qué? estoy muy feliz de ser quién soy, de estar donde estoy y de tener lo que tengo en todos los sentidos de la expresión … sí, como muchos he estado en momentos en que quiero morir, incluso ese sentimiento se ha convertido en una de mis musas, pero al igual que tú, son momentos que me hacen más fuerte, y como dice Juan Rodríguez Freyle:

Ninguna cosa grande se hace bien de la primera vez; y pues tan grande cosa es morir, y tan necesario el bien morir, muramos muchas veces en la vida, porque acertemos a morir bien una vez en la muerte.

Con esto tampoco quiero decir que me la pasaré haciendo estupideces a propósito para estar en situaciones cabronas o en estados emocionales decadentes (mmm … tal vez lo último sí, je), simplemente seguiré con mi vida, y al igual que tú trataré de no hacer las mismas tarugadas que hice antes, haré otras (je), porque se me presentarán situaciones nuevas que tal vez libre chido de pura chiripa o tal vez no, quién sabe, sólo deseo que no llegue el momento en que me arrepienta de haber hecho algo, porque eso significaría que seré alguien que no se agrada, que estaré donde no quiero estar y que tendré lo que no quiero tener, o peor, no estaré donde quiero ni tendré lo que quiero, por qué esto último es peor? porque al ser humano le resulta más deprimente darse cuenta de lo que le falta y no de lo que le sobra, pero eso es harina de otro costal.

Además, para que arrepentirnos si ya no hay vuelta atrás? no se puede regresar el tiempo y evitar las cosas, lo único que podemos hacer es pensar la forma de solucionar el problema que se causó o chingarnos. Me caga cuando la gente dice hubiera, como si pensar en lo que se pudo haber hecho sirviera de algo, deberíamos sustituir ese hubiera por el haré, pero somos tan webones y desidiosos que eso sólo lo hacemos cuando la situación es crítica, si no es tan grave simplemente dejamos que las cosas fluUuUuUuuUyan, lo cual creo que algunas veces está chido, cuando realmente las cosas están fuera de nuestras manos, pero no sé, aveces nos ahogamos en vasos de agua y otras veces no le damos a las situaciones la importancia que requieren, somos seres extraños, aveces podría pensar que estúpidos, pero de nuevo, esto es harina de otro costal, así que para no debrayarme más, el comentario termina aquí, pero, tú te arrepientes de algo?

UnA dE tAnTaS

Salí de la escuela dispuesta a irme por el camino que he amoldado a mis pies, pero la Música tomó mi mano y me guió por otro rumbo, uno olvidado que me recrearía viejas emociones. Yo no me opuse y la seguí dócilmente. La Melancolía nos alcanzó y nos pidió que la dejáramos acompañarnos, yo accedí, era un bonito día para estar con ellas, soleadamente solitario.

Llegamos al rumbo planeado y nos encontramos al Recuerdo trepado en un árbol. Estaba arrojando jacarandas al suelo pero al verme bajo con alegría y comenzó a dar vueltas a mi alrededor ,mientras yo continuaba caminando abrazada a la Melancolía.

En poco tiempo los juegos del Recuerdo se fueron convirtiendo en tortura para m. Se trepaba a mis hombros para que lo cargara, me jalaba para que corriera o diera vueltas con él. Si lo ignoraba me pellizcaba o tomaba una varita para picarme las costillas. Si buscaba la protección de la Melancolía era peor, ya que me empujaban contra uno y otro mientras reían a carcajadas, y si gritaba o daba muestras de fastidio lo hacían con más fuerza. La Música sólo miraba sin hacer nada. Jamás la odie como entonces, me había engañado, ella fue quién me llevó a esa situación y aún no entiendo por qué.

Al llegar al metro Universidad me sentí estúpida por dejarme llevar por la Música y permitir que la Melancolía nos acompañara. Entonces comencé a pensar la forma de deshacerme de ellas y del Recuerdo, pero mi atención se desvió al ver al Amor y al Odio copular sobre uno de los torniquetes, parecían dos bestias en pendencia, su maestría de revolcarse sobre sus fluidos sin caer me sorprendió… y me hirió.

Mientras ellos escrutaban sus cuerpos y estrujaban sus idénticos sexos, un abismo caótico se expandía de mi corazón a mi razón, cómo dos quimeras antagónicas pueden unirse de esa forma tan soez?

Quise separarlos, ordenar mi entelequia … entré en ansiedad, qué pasa aquí?... qué sucede con ellos? … tranquila … tranquila … no me toques! No me toque!! La Melancolía notando mi agitación trató de tranquilizarme, pero la empuje contra el suelo y entré corriendo. Escuché sus risas mientras bajaba las escaleras y me refugie bajo un mapa con líneas de colores.

Fantasmas reflejados en el suelo revoloteaban a toda prisa de un lado a otro zumbando como moscas alrededor del excremento … levante la mirada y miles de bultos grises eran tragados y vomitados por monstruosas serpientes naranjas … todos y todo pasaba muy rápido, y como un encantamiento mis ojos se clavaban en ellos y trataban de seguirlos a cada uno a la vez, pero cada vez eran más, … cascadas de zumbidos grises erupcionaron de las escaleras y las serpientes dejaron de tragar, sólo llegaban a expulsar … de pronto me vi hundida en una enorme aglomeración, levanté la cabeza para respirar. Las masas grises parecían enormes y horribles árboles que habían crecido a mi alrededor … volteé hacia la calle para sentir un poco de alivio, pero en cambio encontré la mirada de un sol rojo que secaba el viento … me sentí atrapada, acalorada, asfixiada, asqueada y desesperada … me levanté dispuesta a caer bajo una serpiente y terminar con el infierno, pero la Música me sostuvo por el brazo. Traté de desasirme pero ella me abrazó y con la voz quebrada me pidió perdón. Caí al suelo, bajo el mapa con líneas de colores,y comencé a llorar. Los bultos se fueron y sólo quedaron flotando inofensivos y silenciosos ojos. Alguien preguntó por mi bienestar y yo subí con indiferencia a un vagón.

La Música se sentó frente a mí, sentía su mirada pero yo sólo me abstuve a ver pasar las luces del túnel mientras la verdosa enajenación resbalaba con el sudor de mis manos. Un tenue dolor de cabeza me hizo percatarme de mis orejas, la música se había ido, sólo quedaba en mi cabeza el vago zumbido de la resaca.

viernes, 24 de abril de 2009

El amante alado.

Así queda uno más en la lista de los amantes de Lola, uno plasmado en fluorescente porque casi brilla, radioactivo y efevervescente; el primero que supo hacerlo despacio, como experimentando con el sexo tántrico. Caray ¿cuántos estilos de hacerlo pueden existir? Lola probó el sado, el masoquismo, la humillación, la relación de tres, el fetichismo, la mariguanez para agudizar los sentidos, la probabilidad de ser observada por ojos extraños, la puesta en escena del acto, las películas pornográficas como show para excitar a los amantes, pero nunca, entre las muchas perversiones, había probado, hasta entonces, la suavidad y el ritmo lento, la fragilidad del otro, la unión de las palmas de las manos, los roces de los labios tibios como aceite y los sonidos del estremecimiento como cantos. Y así Lola supo que podría volver a amar...


Es una lástima que después de tanta emoción y tanto drama, el amante fluorescente se haya ido; voló con sus nacientes alas; antes, mucho antes, de que Lola pudiera recordar la consistencia de aquello, que alguna vez, con otro hado, saboreó amor.

martes, 21 de abril de 2009

Rutina

Despertar con las sombras aún pegadas al cuerpo,
a los párpados que no quieren dejarlas.
Sacudir los últimos fantasmas de mi cama
para que corran a esconderse en un rincón abierto.
Ver siempre los mismos rostros desconocidos,
¡Todos son los mismos!
Soportar la soledad entre tanta compañía,
ciego entre ciegos, mudo entre mudos,
inválidos viviendo por instinto.
Recitarle a un sordo a gritos,
mostrarle a un ciego el color de la propia sangre.
Pensar en el suicidio al menos cuatro veces al día,
la apuesta necia entre animal y ángel,
carne de animal vivo,
supervivencia pasiva,
y la fiera celeste luchando por liberarse:
liberación, revolución, ascensión.
Volver, volar, caer, enamorarse,
sentir el vértigo del instante,
fricción, tensión, pasión, ficción.
Tocar piel de arena deshaciéndose en la mano.
Buscar inútilmente en el sexo un motivo.
Besar la sal sin encontrar los labios,
besar mintiendo
con los ojos muy abiertos,
besar fantasmas y dejarlos de lado.
Acostarse sabiendo que nada tiene sentido.

DAGS

domingo, 19 de abril de 2009

Celda

Se encontraba atrapado, sin màs compañìa que sus recuerdos, en una pequeña celda que pensò no compartìa màs que con su sombra. Su ùnico consuelo era una tenue luz que se deslizaba a travès de un mìsero hueco, fabricado como respuesta al vano intento por escapar de su pesadumbre.
Lleva mucho tiempo existiendo, tanto que ha dejado de pensar en ello, mientras que una nueva idea surge en su cabeza: nunca podrà salir de esa pesadilla. La idea se acompaña de recuerdos, de pequeños detalles que antiguamente hacìan su vida placentera. No soporta el percatarse de que jamàs volverìa a sentir el fresco rocìo cayendo por los pètalos del pensamiento al caminar por el bosque, tampoco serà capaz de plasmar otro amanecer en su mente, en su alma o en su corazòn.
La realidad que vivìa le resultaba vacua y sin ser conciente decidiò a salir de ella, a visitar algunos recuerdos, aquellos que nunca se van y uno sabe donde ha de encontrarlos, esos que viven con nosotros y no suelen necesitar la ayuda de pequeños talismanes casi imperceptibles como aromas o sonidos, asì lo hizo aunque a veces deseo que no existieran. Emprendiò su caminata por los rincones de su mente, conviviendo con palabras, sombras que se escabullìan y fantasmas que transforman las ideas en desgracias.
Mientras fraternizaba con un recuerdo, sintiò el roce de la imagen de su amada quien deambulaba entre los àrboles, lo buscaba debajo de las rocas, por el cauce del rìo, tratando con desesperaciòn de entender por què en el amanecer de sus vidas los dìas oscurecieron. Al mismo tiempo que la observaba la frustraciòn lo invadiò, no podìa ir tras ella, le era imposible. Respiraban el mismo aire, èl percibìa su càlido aliento, su voz era un murmullo entre las ramas, pero ella no podìa sentirlo, su paso era tan ligero como el del viento, su voz tan delicada como la brisa entre los dedos.
Recuerdos como estos le eran tan insoportables que se veìa obligado a emerger de la ilusiòn, aquella que se veìa afrentada por los fantasmas que fungìan como un escape momentàneo a la pesadilla que continuamente maquinaba. De vez en cuando lo sorprendìa su única verdad: estaba solo.
Aturdido confundia lo soñado con lo vivido, y no lograba vislumbrar la salida, se encontraba acorralado. Subitamente la desesperaciòn se apoderò de èl, jadeaba como si el aire le faltara y gritando con demencial ìmpetu pedìa que lo dejaran libre, que le permitieran ir tras aquel murmullo, dejando huellas mientras corre por el bosque, logrando abrazar el rocìo que se deslizaba por el pensamiento.
Tiempo despuès de haber caìdo agotado por la mezcla de desesperaciòn y frustraciòn que lo asfixiaban, surgiò una voz entre la oscuridad, porque en ese momento el sol ya habìa abandonado su mundo y la tenue luz que se escabullìa por el hueco habìa dejado de ser perceptible. La voz fue algo sorprendente, ya que se pensaba solo en medio de las tinieblas que invadìan la celda, pero la voz arrastraba palabras y quizà con ello la respuesta a su sùplica: "Eres libre en tu mundo, todo existe y tù te lo arrebatas, nadie màs que aquellos fantasmas sujetan tus manos, tu alma y sòlo intentar librarte de ellos te desgarra ¡Resignate o acèptalo porque fuera de esta pesadilla que has construido no exites!

QuErIdA pErEzA

¡Oh tú a quien el placer forma el ser!
¡maldigo tu existencia y mi amor por ti!
¡perra seductora,
te alimentas con mi tiempo y te burlas de mi dolor!
pero te dejaré,
yo lo sé,
me desprenderé de tus garras y sangrarás sobre mi cuerpo.
Creceré y me burlaré de tu desgracia,
tus labios ya no me deleitarán y jamás me volveré a entregar a ti.
Ahora yo seré tu dueña
y tú me obedecerás,
desde ahora no saldrás de mi cama, y tu único refugio será mi almohada.

viernes, 17 de abril de 2009

Para Ana

La odio
porque perturba la tranquilidad de mi sueño,
porque resuena en los huecos
y humedad de mi boca;
la odio porque la leo en los ojos,
en los míos y en los reflejos,
en los que miro
y en los que no beso.
La odio como odia la corza
las saetas que lleva el viento,
como odian las palomas
a los ciclones fieros.
La odio con todas mis entrañas.
con todo mi deseo.

DAGS

miércoles, 15 de abril de 2009

Ojos de gata

Ojos de gata,
retadores, altivos, seductores,
parece que te desnudan,
que se desnudan
con un juego imperativo.
Ojos de magma,
volcán latente,
grito ahogado por el iris,
reflexión del caos,
vértigo del vuelo
en el cielo que se encarna en tu mirada.
Evocación de la lujuria.
Ojos de tierra,
de selva en brama.
Ojos de fiera,
ágiles, temibles, feroces.
Ojos de furia.


DAGS

lunes, 13 de abril de 2009

Musas sustituibles

Daría mis manos marchitas por creer
que las musas pueden sustituirse,
por poder cambiar mi fuente de pasiones
como si fuera ropa usada.

Olvidarte hoy por la mujer
que me pondré mañana,
por el sueño imposible del martes siguiente,
por el paraíso de jardines dominicales,
por las noches de insomnio y fieras espectrales.

Qué delicioso sería poder dejarte en el camino
y olvidarte, así, sin más.

Pero no es posible.
Te llevo cargando en la maraña del pelo,
tatuada en los párpados y en los ojos,
así como en estas manos cansadas.
Te veo lejana, pero te veo
siempre que mi gusto infantil
por caminar de espaldas
me hace voltear invariablemente.
Te veo y sonrio
cada que doy un paso hacia atrás.

DAGS

domingo, 12 de abril de 2009

My MiDdLe EaSt (No publicar)

I drew this picture on September 18, 2004, I did it inspired in the song Hanina by Jasmon feat Mohammed Mounir, and for this reason the picture has the same title.

The song is on the disc Sahara Lounge which motivated me to draw this other picture on July 27 in the year 2006.


In those years I found the magic of the desert, I loved the Middle East cultures. Their religions, music, dance, clothes and stories captured my senses, since then one of my dreams is to go to this countries, feel their warmth, touch the church, breath the spices, contemplat the sun and the moon above the sand, and dance with unshod feet and the cadence of the oud, sazi, derbake, udú, req and cimbati.

Un Po' Di TeMpO (No publicar)

So che ancora ti ho,
so che stai lì piccolìssima, tanta insignificante e tenera.

Ti ho,
adesso ti ho e lottarò per te,
lo farò,
ti alimantarò con ore socievoli e allegrie affimere
alle volte false,
solo non guardarmi quando stia a buon mercato nel bagno vomitando baci alcolici e
carezze oscene,
nemmeno cerchimi quando mi lasci nella verdastra alienazione al ritmo delle
luci colorite,
smettime a buon mercato nel pascolo orinato,
nella strada nauseabonda
o nel letto eiaculato,
e permettime piangere,
smettime fruire la porcheria che sento sopra
perche e megliore che la che sento per dentro.

Ma non abbandonarmi Speranza,
non lasciarmi nei pomeriggi da sola con i ricordi di lui … di loro … di tutto.

Vieni con me allo scuola per sentiré che un aspetto della mia vita è proficuo,
non smettermi piangere nelle notti il diluiré della mia artificiale allegria,
ma aiutame a farla vera come alcuna volta lo fù.

Siedite al mio fianco nel caffè,
nel cinema
e nel teatro
per credere che la vita è bella.

Non permettere che nelle mattine conservi l’aroma di qui ho sognato.

Balla con me jondo o congo per sentire pura passione.

Baci per me la incrédula testa de mia mamma perche io non sono degna,
e aspettime ...
perche so che ottenerò che l’Orgoglio ti accompagni
alcuno giorno.

CoStUmBrE

Otra vez, así otra vez,
pero sin gozo, sólo así, así y ya, con los ojos hinchados y el corazón irritado de tanto sentir y la cabeza desmoronada …
Otra vez como zombie, con las lagrimas bloqueadas y el desahogo masticado y tragado.
Otra vez así, inyectando mis oídos de pretextos para vomitar mi desahogo.
Sólo así, evitando odiar, amar, necesitar.
Así y ya, evitando irritarme y desmoronarme más, aunque de repente un puchero de la boca me presiona a vomitar, pero ya no tengo tiempo para eso.
Mejor así, y por lo pronto fingir estabilidad y tranquilidad, y si es posible felicidad, aunque la tristeza bloquee mi respiración y me duela el pecho.
¿Será la tristeza? ¿La irritación? ¿Las dos?
Quiero dormir y no despertar por mucho mucho tiempo, y que al despertar ya no recuerde con dolor sino con dulzura.
No sé que es lo que más me duele, lo que pierdo o lo que no tengo …
pero como sea … ¡Gracias vida!

sábado, 4 de abril de 2009

Y eL sOl Se OcUlTa


Mira
el cielo está rojo, el viento sopla
y el frío abraza.
Él la ha matado
y huye mientras ella palidece como los muertos
y su sangre coagula sobre el cielo hasta ponerse negra.
Ahora lo ves,
no es un atardecer
es el asesinato de Luna.