La odio
porque perturba la tranquilidad de mi sueño,
porque resuena en los huecos
y humedad de mi boca;
la odio porque la leo en los ojos,
en los míos y en los reflejos,
en los que miro
y en los que no beso.
La odio como odia la corza
las saetas que lleva el viento,
como odian las palomas
a los ciclones fieros.
La odio con todas mis entrañas.
con todo mi deseo.
DAGS
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Chale, he estado muy ocioso últimamente. Esto ya tiene unos meses, no sé si me sigue gustando.
ResponderEliminarMe gustaría pedir perdon por ser, junto con Sandra, los que más publicamos y acaparamos la palabra. Pero no, no puedo pedir perdón, es más, hasta estoy un poco molesto, porque parece que somos los únicos que tratamos de mantener vivo el blog.
Chale chavos!, por qué nadie publica?
Por cierto, no le he respondido a Sandra: Sí, por mí no hay problema que se agregue al ñoño de Lázaro, incluso podemos intentar regresarlo al buen camino. Lázaro, si me estás leyendo: deja la lingüística, eso es pecado! te puedes ir al infierno! jajajaja.
Los veo en algún sustituto del Edén. Suerte
Gracias!
ResponderEliminarA mí me gusta. Tiene un rítmo ágil y es breve: se percibe el odio.
ResponderEliminarSi, a mi tambien me gusta!!!
ResponderEliminarAna.