¡maldigo tu existencia y mi amor por ti!
¡perra seductora,
te alimentas con mi tiempo y te burlas de mi dolor!
pero te dejaré,
yo lo sé,
me desprenderé de tus garras y sangrarás sobre mi cuerpo.
Creceré y me burlaré de tu desgracia,
tus labios ya no me deleitarán y jamás me volveré a entregar a ti.
Ahora yo seré tu dueña
y tú me obedecerás,
desde ahora no saldrás de mi cama, y tu único refugio será mi almohada.
me agrada tu texto el tiempo pereza y muerte que deleitan espero que logres burlarte de ella y sentir el vivir intensamente...
ResponderEliminarEdwin
un amigo me dijo una vez que el peor pecado era la pereza, porque a diferencia de la lujuria, la gula o la avirica, la pereza acaba completamente con el deseo, sólo se interpone.
ResponderEliminarinteresante entonces la mezcla de lujuria y pereza.