Aunque avanzaba rápido el ritmo de sus pasos era pausado, sin ruido, sus movimientos eran tan ligeros que lo hacían aparecer y desaparecer entre las columnas de esos pasillos borrosos. La mirada al frente, tropezando sin mirar los accidentes del camino pero sin perturbar la armonía de las cosas que tocaba.
Tenía algo de luz, quizás de estrella, los tallos de las plantas se orientaban según su trayctoria. Con él aprendí a desplazarme en círculos, bastaba con trazar uno en dirección contraria y aplicar algo de fuerza para chocar con él violentamente e intercambiar miradas unas tres veces al día. Siempre me sonrió.
Aún después de varios años sigo encontrando reflejos de su paso. A veces son sólo los hombros que se ensanchan y se balancean como si en cualquier momento fueran a brotarles alas. Sin embargo lo que más me inquieta no es seguir hipnotizada a aquellos que tararean las mismas melodías sino hallar también ese compás de sus pisadas en la respiración de los hombres que duermen a mi lado.
Uuuuy, el final me agradó mucho. Tal vez él siempre rondo tras de ti, como parece que tú lo haces, y sólo en esas noches cuando alguien duerme a tu lado, te das cuenta de que está ahí, todavía rondándote, acosándote, vigilando tus movimientos hasta que sepa que estás dormida y pueda empezar a rondar tu sueño.
ResponderEliminarJejejeje, eso me recordó a lo que platicamos ayer. Quiero verla, a la próxima que la vea sí le invitaré un café.
A lo mejor no voy con Villarías, ni con Tello, tengo que redactar lo de Edición, y con mi miedo a la página en blanco, eso se ve un poco complicado. Suerte, luego me pasas los apuntes.
mmm yo entendí distinto al Choko, entendí que el caminante se ha ido, pero aún ves rastros de él y tratas de buscar en los demás la misma armonia que encontrabas en él.
ResponderEliminarClaro, eso que apuntas, Sandra, es lo que dice el texto de Itzel, yo sólo imaginé otra solución, otro final, que abre las posibilidades de hacer un texto diferente a partir de una misma idea.
ResponderEliminarMe gusta mucho el toque de misterio y lo fantástico de tu breve relato. "Caminar en circulos", sabes, eso me parece muy simbólico. La armonía de un ser al que casi le salen alas.
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