"El hombre olvida que es un muerto que conversa con muertos"
Jorge Luis Borges
Un beso con sabor a tierra
me sepulta entre tus brazos
y andamos por la ciudad
hecha de lápidas sin nombre,
sólo ventanas y concreto.
Todo está muerto,
un cementerio de cadáveres insepultos,
"carne con cara e identidad".
Nos amamos entre muertos,
la vida es una entrega en el anfiteatro.
Se muere el árbol,
el ave y el cielo
y nosotros nos entregamos en la muerte.
Frente a los ojos ciegos,
nos amamos
profanando el espacio y el aire con gemidos,
nos aferramos a la vida
arañando la tierra de la espalda,
entonces vuelve el color a las pupilas
y la rigidez se vuelve una caricia lúbrica,
nos desnudamos entre besos
y le gritamos a los que ya no escuchan
las palabras incoherentes
de nuestro amor perverso.
En un instante olvidamos el olvido,
las tumbas y los huesos,
la historia, su memoria y sus víctimas,
olvidamos todo bajo una especie de eternidad
que nos deposita en el vacío,
un pozo sin tiempo y sin espacio.
DAGS
No quiero que se mueran los árboles.
ResponderEliminar¡Joder, Choco! No me diste el crédito de la idea. ¡Rata!
ResponderEliminarPor otro lado, me gusta. De verdad es perverso (y no es mi tipo de perversidad) pero la idea está buena. El amor perverso resucita, es cierto.
Au revoir.
Está bien, está bien. Confieso que el verso marcado entre comillas es un vil y cochino plagio de la Quetzalmosa, es decir, la mugre quejona de arriba. Te quiero n_n. Bueno no, sólo te utilizo para escribir, jejeje.
ResponderEliminarNo soy perverso, sólo tengo mucha imaginación, jajaja.
Suerte.
pinche Choko enfermo!!! jajajaja....
ResponderEliminarta weno.